Esta semana, Tele13 realizó un reportaje y análisis en torno a las definiciones de nuestro partido frente a la acusación constitucional al ministro de Educación Marco Ávila. Puedes leer el reportaje completo aquí. Te dejamos algunos extractos a continuación:
Fue en un chat de whatsapp entre liderazgos de Evolución Política que se esparció el entusiasmo -y “orgullo”, como ellos mismos llamaron- por el rechazo de sus diputados militantes a la acusación constitucional contra el titular de Educación, Marco Antonio Ávila. Exministros como Gonzalo Blumel e Ignacio Briones eran algunos de los que felicitaban a sus parlamentarios por poner por delante “los principios” y no la “conveniencia”. “¡Qué bien Evópoli!”, fue la frase recurrente de esa conversación. Era miércoles por la tarde -pasadas las 16:00- cuando recién se daba cuenta del resultado de la cuarta ofensiva contra un ministro del gobierno de Gabriel Boric: 78 en contra versus 69 apoyos. Se requerían a 74 diputados para que la acusación se revisara en el Senado.
Horas previas a esa votación, los diputados Evópoli Francisco Undurraga y Jorge Guzmán anunciaron su decisión de rechazar la ofensiva. RN aún ni veía el tablero del hemiciclo que sellaría el destino de la acusación y ya se adelantaba: “Esto es una puñalada al corazón de Chile Vamos”, dijo al mediodía el secretario general de RN, Diego Schalper.
Aunque los diputados de RN se manifestaban “sorprendidos” por la decisión de sus socios, lo cierto es que Evópoli venía dudando de la ofensiva hace varias semanas. Y así lo habían socializado al interior del partido e incluso con sus socios. En enero pasado, en Evópoli habían quedado con una sensación amarga luego de haber respaldado la acusación constitucional contra el ministro de Desarrollo Social y Familia, Giorgio Jackson, que impulsó entonces el Partido Republicano. Si bien, sostienen, esa ofensiva sí tenía un mérito jurídico, reconocen que en ese momento verbalizaron lo siguiente: este Congreso no se puede permitir levantar acusaciones constitucionales débiles. Esta vez, con el libelo en contra de Ávila, decían, ya era insostenible: intentaron darle varias vueltas, revisar las páginas en profundidad, pero, recalcan, era realmente “inconsecuente” respaldar el texto. ¿La principal razón? Chile Vamos fue un implacable crítico de la oposición “obstruccionista” que fue el actual gobierno con la segunda administración de Sebastián Piñera: impulsaron nueve acusaciones constitucionales, de las cuales dos fueron en contra del propio mandatario. Era “inconsecuente” entonces ahora perfilarse como ese mismo tipo de oposición que fue el Frente Amplio y el Partido Comunista.
Ese argumento era central en la jornada del miércoles: ningún Evópoli defendía a Ávila, es más, lo tildaban como “el peor ministro de Educación de la historia”, pero, insistían: ¿es esa una razón para que los parlamentarios se tomen la atribución de removerlo de su cargo? Por supuesto que no; acuñaron hasta el final.
LA IDENTIDAD EVÓPOLI
Aunque en los primeros instantes de la jornada del miércoles RN intentó achacar la derrota a Evópoli, con el correr de las horas la tesis se comenzó a instalar: desde hace mucho tiempo que la colectividad que fundó Felipe Kast no se anotaba un triunfo político en torno a su identidad de centro-liberal. “Visto los hechos, el problema de Chile Vamos no es Evópoli, es RN”, dijo Cristián Valdivieso (Criteria) mientras el analista exPPD Pepe Auth sostuvo: “Digna de aplauso la valentía de diputados de Evópoli que decidieron no aprobar acusación constitucional porque, a pesar de evaluar mal su gestión, no hay infracción constitucional. Consecuencia excepcional en los tiempos que corren”.
Los últimos años no han sido fáciles para el proyecto de Evópoli. Incluso sus liderazgos lo reconocen: el partido parecía muerto, desaparecido. El clivaje del país tampoco los ayudaba pues la ola hacia la izquierda dura desde 2019 con el estallido social y ahora el “revival” del ala conservadora de la derecha con el Partido Republicano, Evópoli había perdido su razón de existir.
Todo eso fue precedido con el protagónico rol que Evópoli tuvo que ejercer en la segunda parte del entonces gobierno de Sebastián Piñera en medio de la crisis política y social de país con rostros como Gonzalo Blumel e Ignacio Briones. El primero quedó debilitado por el estallido social y la difícil convivencia del oficialismo del momento, mientras el segundo no logró instalar en la primaria presidencial el discurso liberal por sobre el liderazgo de Sebastián Sichel, que entonces triunfó en esa contienda.
Las siguientes elecciones también fueron tristes para Evópoli: su representación en la Cámara bajó de 6 a 4 diputados -junto a su votación total en el país- mientras veían cómo el partido Republicano -del tío de Felipe Kast, José Antonio Kast- tomaba cada vez más protagonismo hasta incluso llegar a la segunda vuelta presidencial. En ese entonces hasta Ignacio Briones reconoció que no pudo marcar la opción de J.A. Kast y simplemente votó nulo.
En Evópoli recalcan que es urgente agrandar Chile Vamos hacia el centro, lo que no significa excluir a la UDI, al contrario; en el partido recuerdan que Gloria Hutt ha sido insistente en la idea de que la coalición se fortalezca de manera institucional. El senador Luciano Cruz-Coke dijo que “Chile Vamos está exhibiendo un déficit de conversación y coordinación”, al tiempo que sostuvo en radio Duna que “hay un mundo de personas en Demócratas y Amarillos que pueden conversar con Chile Vamos, eso incluye a la UDI; Chile Vamos debiese incorporar a la gente que se siente de centro”.
En Evópoli tienen grabado a fuego la tesis que Alberto Núñez Feijóo, presidente del Partido Popular, expuso en una visita a Chile: no hay que caer en la tentación de endurecer la postura por la existencia de proyectos más extremos -en España nació Vox- y perder la identidad, porque, finalmente, la gente siempre termina prefiriendo al original. “Evópoli actuó por convicción y con el tiempo la convicción paga”, concluyó Larraín Matte con el hito de esta semana.
Y eso es lo pretenden recuperar en este periodo: su identidad de centroderecha “reformista”, liberal… y con sentido de urgencia pues ya tienen en la mira las elecciones municipales de 2024.