Fotos: Pedro Rodríguez | 🕓 Lectura: 6 minutos
Fue presidente de Evópoli cuando se originó el primer acuerdo constitucional durante el estallido social, integró la Convención Constitucional, cuando la izquierda impuso su mayoría, y ahora no esconde su decepción con el resultado de este segundo proceso constitucional. Hernán Larraín Matte apunta al partido Republicano como el principal responsable del fracaso del “A favor” y emplaza a Chile Vamos a reflexionar al respecto y enmendar el rumbo. De lo contrario, advierte que la coalición, de la cual forma parte, está destinada a su fin.
Antes que concluyera el proceso adhirió, junto a otros, a una declaración llamando a llegar a un acuerdo amplio en el texto. Eso no pasó e igual votó “A Favor”. ¿Por qué?
Como muchos, hicimos un análisis del texto y en mi opinión había cosas muy valiosas: avances sustantivos en materia de sistema político, en materia de modernización del Estado y empleo público. Todo aquello hizo que para muchos fuera valioso aprobar, a pesar de que, efectivamente, tenemos la convicción de que las constituciones deben ser textos de consenso y eso lamentablemente no ocurrió.
Chile Vamos se plegó al texto y al relato de campaña. ¿Cuál es la autocrítica de ustedes?
Vamos por parte. Aquí hay responsabilidades en este proceso en particular, porque en el fondo venimos saliendo de un doble fracaso constitucional. En el primero la responsabilidad recayó en las izquierdas y este, en las derechas. Si hay que analizar las responsabilidades, al primero que hay que analizar es al Partido Republicano, que tenía la mayoría. Ellos pusieron sus términos, creyeron que luego de la elección Chile se había transformado en un país republicano. Y optaron por un texto no de consenso, y esta idea de hacer un proceso adversarial. Y eso fracasó. Y ahí radican los principales responsables. Por supuesto que ChileVamos tiene responsabilidad. Teníamos 11 votos, con los cuales podíamos haber hecho una negociación. Habrá que preguntarse por qué se hizo eso.
¿A qué lo atribuye?
Mi impresión es que hay dos explicaciones. Una que es política, y es que hay una parte de ChileVamos que ve en los republicanos a un aliado. Y eso es una grave ingenuidad, porque el proyecto de republicanos es hegemónico y viene a reemplazar a ChileVamos. No están buscando socios, no están buscando aliados, vienen a reemplazarnos. Y esto es lo mismo que el Frente Amplio con el Socialismo Democrático. Lo que me llama mucho la atención es que algunos quieran asociarse con aquellos que quieren reemplazarte. Y, la segunda razón, es electoral. Y es que frente al temor de la competencia total se optó por ser obedientes a la estrategia del Partido Republicano. Grave error, porque perdimos identidad, perdimos la elección y habrá que ver qué va a pasar con una negociación que está abierta.
¿Cree que hicieron lo suficiente como Chile Vamos?
Hicimos todo lo que pudimos. Levantamos la voz y, sin embargo, encontramos a un grupo de personas absolutamente cerradas y que demostraron que estaban muy equivocadas. Chile Vamos, y en particular Evópoli, demostraron lealtad y disciplina hasta el final. El partido Republicano no puede decir lo mismo: tuvieron renuncias, grupos que apoyaron el En Contra y peleas. El jefe de bancada del Partido Republicano, a propósito de distintas críticas, amenazó con que si seguían las críticas, esto iba a tener efectos en la negociación electoral. Esa amenaza es impresentable.
Algunos creen que si adoptan una postura dura con republicanos se verán perjudicados.
Lo importante es hacer una verdadera distinción. ¿Son lo mismo el Partido Republicano y Chile Vamos? Hay personas en Chile Vamos que dicen que somos de la misma familia, y habemos algunos que creemos que son proyectos políticos distintos. Tú puedes negociar pactos por omisión siendo proyectos políticos distintos, pero no con una lógica de asimilación.
¿Y cuáles son las grandes diferencias con republicanos? Algunos dicen que ellos no entregan gobernabilidad.
Somos dos proyectos distintos. El Partido Republicano es un proyecto personalista. Se construyó en torno a un líder y su carrera presidencial. Chile Vamos es un proyecto colectivo. Es una coalición que tiene tres partidos y experiencia en gobernar. El partido Republicano es inexperto e inepto políticamente. Lo acaba de demostrar. Republicanos es un proyecto que entiende la política de manera adversarial. Hay amigos y enemigos. Hay buenos y malos. Donde un republicano ve a un enemigo, nosotros vemos a un adversario. Son formas distintas de entender la política.
¿Y qué debería hacer Chile Vamos para diferenciarse?
ChileVamos tiene que preguntarse si en los más de dos años de gobierno del Presidente Boric va a jugar en la lógica de republicanos y, por tanto, le va a negar la sal y el agua al gobierno en todas las reformas. A principios de semana dirigentes de Chile Vamos dijeron que el gobierno no cuenta con ningún voto para las reformas. Para eso está el Partido Republicano que le gusta el statu quo. Chile Vamos, en mi opinión, tiene que abrirse desde sus convicciones de forma muy nítida a negociar con el gobierno. Y movilizar reformas que permitan al país avanzar y que le demuestren al país quién da gobernabilidad y quién no la da.
¿Aunque eso implique ceder en algunas convicciones?
ChileVamos lo que tiene que hacer en vez de decir que no hay ningún voto para nada, es hacer contrapropuestas. Eso es lo que hace un proyecto democrático.
Respecto a las alianzas electorales, ¿Dónde debería situarse Chile Vamos? Evópoli está en conversaciones con Amarillos y Demócratas para ir juntos en lista de concejales.
Podemos abrirnos a hacer cosas con Amarillos y con Demócratas, y se podrán hacer acuerdos de omisión con republicanos. Eso me parece de total racionalidad. Pero partiendo de la base de que somos proyectos distintos.