Tras ser electo senador por La Araucanía en noviembre pasado, el actual diputado de Evópoli Felipe Kast ha protagonizado dos controversias públicas con sectores de Chile Vamos. Primero, al asegurar que no respaldaría un eventual aumento al 90% de gratuidad en educación técnico-profesional prometido por Sebastián Piñera en su campaña para segunda vuelta. Y la semana pasada, al respaldar el proyecto de ley de identidad de género que promueve el gobierno.
Pese a las críticas recibidas, Kast no se retracta. En esta entrevista, rebate al senador RN Manuel José Ossandón y al grupo de diputados UDI que en los últimos días lo cuestionaron por incumplir un compromiso adquirido con el presidente electo respecto de un proyecto emblemático de la denominada “agenda valórica”. Los acusa de actuar con “intolerancia” y de “hacer política desde la posverdad”, al decir cosas falsas de un proyecto que, según él, “no han leído”.
“Este debate que tuvimos es sintomático de una cara compleja de Chile Vamos. Algunos todavía no se dan cuenta de que esto no es lo mismo que la Alianza. Y hoy los liberales nos vemos enfrentados a dos tipos de conservadores: unos dialogantes, que valoran y respetan que la coalición sea distinta y son capaces, desde su mirada, de intentar persuadir. Y hay algunos que son más autoritarios, que se sienten de forma bastante mesiánica dueños de la verdad, que tratan de imponer una hegemonía y terminan excluyendo a muchas personas que sí comparten los elementos nucleares de una coalición de centroderecha, que son la defensa de la libertad económica y la defensa de las libertades sociales, entendidas como la igualdad de oportunidades”, sentencia el senador electo.
Pero un tercer eje son las libertades individuales. Y ahí las diferencias saltan a la vista.
Claramente hay diferencias. Hay algunos que no creen tanto y otros que sí creen más en ellas. En lo que ocurrió en esta votación no hay nada nuevo, pero sí da cuenta de algo que es preocupante, que algunos parlamentarios son poco rigurosos y caen, muchas veces, en la posverdad a la hora de hablar sobre los proyectos de ley. Este es un proyecto tan simple como permitirle a una persona adulta cambiar, en el Registro Civil, su sexo. Y lo que yo quiero agregarle a ese proyecto es que los padres sean los que puedan decidir, efectivamente, por los menores de edad. Y lo que el gobierno quiere hacer es algo similar, pero dejando la libertad y autonomía sobre los 14 años, cosa que yo no comparto. Entonces, ¿qué es lo que me preocupa? La intolerancia de algunos parlamentarios frente a quienes por convicción votamos de una determinada manera. Y me preocupa también que algunos construyan, hagan política desde la pos verdad.
¿A qué se refiere con posverdad?
Yo creo que muchos no han leído y dicen cosas falsas sobre el proyecto. Algunos piensan que este proyecto busca adoctrinar a los niños en los colegios sobre ideología de género. Y eso no es así. No hay una letra de eso en el proyecto. Son delicadas estas falsedades, y por eso creo que hay que diferenciar entre los conservadores dialogantes y los más autoritarios. Ojalá que la mayoría de Chile Vamos esté conformada por conservadores dialogantes. Yo, como liberal, jamás he ofendido a un conservador y exijo el mismo respeto de los conservadores hacia los liberales. Aquellos que de alguna manera tratan de inventar realidades u ofender o insultar porque alguien piensa distinto le hacen mal a la coalición. Si hay algo en lo que, afortunadamente, Sebastián Piñera fue muy claro, es que él no solamente tolera, sino que valora mucho el que hoy día Chile Vamos sea más grande y con mayor diversidad de la que tenía. Una de las falsedades en las que se incurrió fue que Piñera había pedido votar en contra de esta ley. Y muchos se colgaron de esa falsedad. entre otros, Manuel José Ossandón, para salir a criticar.
Una de las críticas que se le hace desde la derecha es que usted respaldó un proyecto que no es prioritario, que no tiene un impacto masivo.
A algunos se les olvida que el que está gobernando hasta marzo es la Nueva Mayoría y que por derecho democrático y constitucional son ellos los que manejan la urgencia y los tiempos. A mí me parece bien que el gobierno siga gobernando hasta marzo. Este es un proyecto donde el gobierno ha venido trabajando hace mucho tiempo y, por lo tanto, cuando a mí se me enfrenta a la decisión de votar a favor o en contra, siempre lo voy a hacer en base a mis convicciones. Nos va a tocar a nosotros gobernar en marzo y a mí me encantaría que, por ejemplo, el matrimonio igualitario sea algo que el próximo gobierno impulse. No lo va a hacer probablemente, porque no está en el programa de gobierno y Sebastián Piñera no cree en él. Es legítimo que él no crea en eso. Y, por lo tanto, y aunque el matrimonio igualitario sí tenga mayoría, esa probabilidad va a tener que esperar un poco más. Entonces tenemos que tomarnos en serio el valor de la democracia.
¿Cómo enfrenta usted la posibilidad de que este proyecto no se logre aprobar antes de marzo? También se puede dar el caso de que Piñera lo deje morir.
Será una decisión que tendrá que tomar el gobierno en su minuto. Afortunadamente, los tiempos parlamentarios siempre son una mezcla: lo que hace el gobierno y lo que hace el Congreso. Por lo tanto, va a depender mucho de cómo se formen las mayorías. Pero ganó Sebastián Piñera, entonces también va a ser legítimo si es que para él, eventualmente no es importante este proyecto, no ponerle urgencia.
En Evópoli ustedes han impulsado una agenda liberal, con temas centrales como la identidad de género o el matrimonio igualitario. ¿Cómo van a buscar que se impulsen esos temas en un gobierno de Piñera?
Él ha sido muy claro en sus posiciones. Y, por lo tanto, nosotros vamos a tratar de impulsar lo que creemos, obviamente en el Congreso, con la autonomía que nos da el Congreso, buscando alianzas, pero en ningún caso voy a vivir en un mundo paralelo para no entender que él fue muy claro en su campaña y Chile votó por él en esta materia y no solo en esta materia, sino que en muchas materias. Sería un error que Evópoli dejara de decir lo que piensa, pero también sería un error exigirle a Sebastián Piñera que hiciera algo distinto a lo que dijo en su campaña.
Volvamos a la discusión entre conservadores y liberales. Porque da la idea de que después de mucho tiempo, en que ese debate en la derecha se había aplacado, volvió con más fuerza en la discusión de la agenda valórica. ¿Cuánto puede interferir este debate en un gobierno de Piñera?
Creo que la gran riqueza del gobierno de Sebastián Piñera va a ser esa. Quiero decir que este seudoconflicto no lo construyeron los partidos. Yo nunca recibí un reclamo ni de Jacqueline van Rysselberghe ni de Cristián Monckeberg, al contrario. Me llamaron de inmediato los jefes de bancadas de los dos partidos diciendo: “Felipe, esa no es nuestra posición. Aquí no había ningún acuerdo. Ustedes tienen libertad de votación”. No era conflicto con Sebastián Piñera, ni con los partidos, y ahí aparecen los Ossandón, aparecen los Urrutia y otros que claramente, cada vez que pueden, buscan generar conflicto. En vez de promover la diversidad buscan aplacarla.
¿Cómo se van a administrar esas diferencias? Porque Piñera, en su campaña, finalmente tuvo que recurrir a sectores más conservadores para poder ser presidente.
Yo creo que el único conflicto son algunos políticos que están dispuestos a hacer cualquier cosa con tal de obtener un titular y, por lo tanto, no veo que haya conflicto. Al contrario yo creo que esta es su mayor riqueza. Chile Vamos hoy día tiene un partido político que creció mucho en corto tiempo, como es el caso de Evópoli. Tienes un partido como RN, que también tiene mucho techo en su diversidad en su interior. Lo que pasa es que muchas veces sus votaciones han sido más bien homogéneas. Y tienes un partido como la UDI, que está también reconfigurándose y probablemente vamos tener un partido muy conservador, que va a ser el de José Antonio Kast, y siento que todo este ecosistema tiene que vivir, convivir y crecer. Pero eso no significa que yo le exija a la UDI que vote como nosotros, sino que yo respete que ellos tienen una visión distinta en estas materias y ojalá que eso sea recíproco. Por eso, lejos de enojarnos, entendemos que la coalición está construida sobre mínimos comunes muy importantes.
Esta es la segunda vez en la que personeros de Chile Vamos lo critican públicamente. La primera fue por el tema de la gratuidad. ¿Qué reflexión hace respecto de esa afirmación que hizo de que rechazaría el aumento a la gratuidad planteado por Piñera?
Bueno, fue el mismo personaje que hizo la misma crítica (Ossandón), entonces hay una constante. No me sorprende en lo más mínimo, de hecho, yo lo dije en su momento y lo dije esta semana: no voy a caer en la pelea chica y no tiene para qué seguir obsesionado conmigo. La idea es poder tener un debate de ideas, sin descalificaciones.
Pero sobre la gratuidad, ¿usted no ha cambiado de parecer?
Yo no estoy en contra del principio de que de todo estudiante pueda acceder a la educación superior pese a no tener recursos. Uno podría bautizarlo como una gratuidad solidaria o responsable. ¿Qué significa eso? Que no pagas cuando estudias, pero le devuelves la mano al país cuando sales, dependiendo de cómo te vaya. Con esos recursos tú puedes hacer que el sistema se financie. A diferencia de hoy día que, desgraciadamente, Michelle Bachelet prometió gratuidad y mira dónde llegamos. Casi a un 25%. Ni siquiera el 60% que decían. ¿Por qué no? Bueno, porque dejaron fuera a muchos de los organismos de la educación superior porque no le alcanzaban los recursos. Entonces, la gratuidad completa y solidaria, pero devolviéndole a tu país. Tú te puedes endeudar internacionalmente, exclusivamente para esto.
Finalmente, Piñera se abrió a aumentar la gratuidad a cambio del respaldo de Ossandón para segunda vuelta.
Pero se terminó abriendo en el del margen que a mí menos me molesta. Yo sigo pensando que nuestro sistema debe ser otro, pero el margen que Sebastián Piñera eligió para abrirse, creo yo, tiene mayor sentido social, que es la educación técnico-profesional.
Pero finalmente esa apertura fue un factor relevante para que Piñera ganara la segunda vuelta.
Por supuesto. hay muchas ideas, decisiones, que pueden hacerte ganar más votos. Eso no significa que yo las comparta.
¿Cómo ha visto el proceso de “preinstalación”, el debate respecto de los nombramientos? ¿Cuáles son sus expectativas al respecto?
Yo he visto un proceso ordenado. He visto a un Sebastián Piñera que ha dado los tiempos a los partidos para que den sus propuestas y espero que todos los partidos le den la suficiente libertad. Y ojalá que al día siguiente del nombramiento no tengamos a distintos partidos políticos reclamando porque no accedieron a cuotas de poder que supuestamente merecían. Y que realmente entendamos que ganó la elección presidencial Sebastián Piñera con el apoyo de todos los partidos políticos, pero el Estado no es un botín de campaña a repartirse como si fuese esto dividendos de una empresa.
Generalmente, los partidos piden presencia en el comité político. ¿Es prioritario para Evópoli ese punto?
Yo diría que para Evópoli lo más prioritario son las causas sociales que te nombré. Estamos mucho en la lógica del poder por el poder. Propusimos algunos nombres, sin duda, pero quién elige los nombres del comité político es el presidente.
Ha mencionado varias veces a Ossandón. Cada cierto tiempo reviven la dura disputa que tuvieron para primarias e instalan un debate casi presidencial, pensando en 2021. ¿Cómo se controla ese germen que también puede estar presente en la nominación del gabinete?
Sería un error presidencializar la política chilena ahora. Por eso es muy importante que todos nos unamos detrás de Sebastián Piñera y posterguemos ese debate lo más posible. Independiente de quién sea el futuro candidato. Pero sí es relevante que tengamos una discusión ideológica, que sí es relevante que podamos debatir sobre principios, si creo que sea relevante que podamos debatir si efectivamente nos vamos a tomar en serio que los liberales y los conservadores pueden convivir bajo el mismo paraguas. Sí creo relevante que debatamos qué significa una sociedad justa. La sociedad justa para nosotros es igualdad en los niños o es poner a la Confech primero en la fila. Y esos son debates que tenemos que tenerlos ojalá antes del 11 de marzo. Porque si estamos todos de acuerdo nos irá mucho mejor. Y si caemos en las descalificaciones, pensando siempre en el negocio presidencial de cuatro años más, le vamos a hacer un flaco favor a Piñera.