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El 11 de marzo del 2018, a dos meses de cumplir los 40 años, cruzó las puertas de La Moneda como ministro del segundo Gobierno de Sebastián Piñera.
Gonzalo Blumel Mac Iver es el más joven del equipo y uno de los más cercanos al Presidente. Sus amigos dicen que nunca pierde la paciencia y que en las reuniones prefiere escuchar antes que ser el centro de la fiesta. Además, destacan que pese a lo ocupado que está en su cargo, nunca deja de responder un mensaje.
Es ingeniero, padre, músico, amante de los deportes, tataranieto del radical Enrique Mac Iver, y ministro Secretario General de la Presidencia.
En una sincera entrevista con Matilde Burgos en CNN Íntimo, el secretario de Estado habló del trago amargo del fracaso del salario mínimo, sobre la ley identidad de género, la relevancia de los derechos humanos, la importancia de su familia, su vocación por los temas públicos, entre otros temas.
– ¿Cuán difícil ha sido la instalación en estos primeros meses como ministro, en una posición bien distinta a la que conocía en el palacio en el Gobierno anterior?
– Mira, todos siempre me hacen esa pregunta y como que la gente cuando te pregunta cómo está, casi que te dan el pésame por lo difícil que es este trabajo (…) es un desafío gigantesco, pero yo lo veo de otra manera, como un privilegio de poder impulsar la agenda de Gobierno.
– ¿Tiene autonomía total para ejercer ese cargo? Siempre hemos sabido que el presidente Piñera es un mandatario omnipresente…
– La verdad es que nosotros y el Presidente trabaja mucho en equipo, y eso es así, lo fue en su primer Gobierno, lo es ahora y naturalmente todos los ministros tenemos autonomía, pero obviamente las cosas relevantes se conversan con el equipo y el Presidente. Hay decisiones que son muy de fondo, muy complejas y yo creo que siempre es bueno tener la conducción, el liderazgo claro, pero también tener el trabajo en equipo.
– Vamos al trago amargo. ¿Qué error reconoce en el fracaso del salario mínimo?
– Tiene que ver con un Congreso que cambió mucho su configuración respecto al Congreso anterior. Nosotros no tenemos mayoría en la Cámara de Diputados, no tenemos mayoría en el Senado. Tenemos que buscar acuerdo en todos los proyectos. Siempre partimos de abajo hacia arriba porque estamos a seis votos de la mayoría en la Cámara y estamos a cuatro votos de la mayoría en el Senado. Por lo tanto, hay un desafío que es permanente.
El Gobierno, en ese sentido, ha planteado que uno de sus objetivos fundamentales es mejorar el clima político, la capacidad de diálogo (…) yo siento que en los últimos años el clima político se crispó en exceso”.
– Lo critican por no haber tenido la capacidad de articular un dialogo político antes de llegar a este fracaso ¿usted se siente responsable?
Siempre las cosas se pueden hacer mejor, en eso no hay ningún problema en tener autocrítica. Hubo un acuerdo en la Cámara de Diputados con dos partidos de oposición (Democracia Cristiana y Partido Radical) y el proyecto se aprobó con un acuerdo del Gobierno y su bancada y parte de la oposición. Eso en el Senado, los mismos partidos que ratificaron un acuerdo en la Cámara, no fueron capaces de volver a ratificarlo y yo creo que, en el fondo, al final, con tal de causarle un daño político al Gobierno, finalmente optaron por rechazar el proyecto salario mínimo, que era un reajuste muchísimo mayor que todos los anteriores…
– Ministro, usted partió este cargo asumiendo desde el día uno temas que no estaban en el programa que usted mismo redactó en conjunto: el tema de la ley de género ¿cuán abierto está el gobierno para asumir temas sociales que no estaban en el proyecto?
Todos los gobiernos tienen un programa que es respaldado en las elecciones presidenciales y eso es un mandato democrático, hay que tomárselo bien en serio (…) En el camino van apareciendo cosas que nadie puede planificar. En base a los principios que guían ese programa de Gobierno, vamos incorporando cosas, haciéndolas compatibles con el programa.
– Pero ministro, en el tema de la ley de género, ¿cuán convencido está, además como papá, de darle a un niño trans la posibilidad de cambiar su identidad?
– Eso está expresado en la propuesta que hizo el Gobierno y que lleva la firma del Presidente. Es un tema relevante, lo queremos incorporar en la legislación, es un proyecto que hemos tramitado con urgencia en el Congreso (…) hemos propuesto en que primero hay que acompañar naturalmente a todos quienes se encuentran en es situación, lo segundo es que creemos que tiene que haber un proceso gradual que va avanzando en función de la autonomía que tienen las personas. Por eso entre 14 y 18 años son los padres que cumplen una función fundamental.
– ¿Ese proyecto cuenta con su convicción personal? ¿está convencido de eso?
Esa es una pregunta… que al final no da en el clavo central porque lo central, más que las convicciones personales que tenemos los ministros o quienes estamos en el Gobierno, lo relevante son los compromisos que asume el gobierno y sobre esa base nosotros trabajamos para cumplir ese mandato.
– Esta semana la protectora de la niñez, Patricia Muñoz, dijo que “el que está por nacer no es un niño”. ¿Usted comparte esa aseveración?
– No, discrepo profundamente. Yo creo que la defensora se expresó mal, porque después cuando uno lee la bajada de lo que planteó, ella lo que dice es que naturalmente el proceso de formación de un ser humano es un continuo que va desde la concepción hasta el nacimiento. Nuestra constitución reconoce la vida del que está por nacer y hay pactos internacionales donde también se le da apoyo a quienes aún no han nacido.
– En ese sentido, ustedes aprobaron la Ley de Mortinato, ¿Es ponerse en la situación a la discusión del aborto libre? ¿Con eso esta está poniéndose un poco la posición del Gobierno que se va a rechazar?
– Eso naturalmente no forma parte de la agenda del Gobierno y el Gobierno no lo va a impulsar. Eso reconoce una convicción del Presidente, que está en nuestro programa, que es que efectivamente que quieres están por nacer también tienen derechos, son personas.
– Ministro, este año se cumplen 45 años del Golpe y usted probablemente debe ser el primer ministro que no nació antes de ese año. Es el primer ministro que nace en dictadura, para usted ¿que significa el Golpe y qué rol cree que debiera tener este Gobierno en esta conmemoración? Sobretodo después de lo que pasó con el ex ministro Rojas.
– Fue el quiebre más doloroso de nuestra democracia, al menos en el siglo XX. Fue muy doloroso, fue terrible, todavía estamos pagando las consecuencias y los costos en término de violaciones de derechos humanos, que creo que son inconmensurables.
Creo que hemos ido aprendiendo, todos los sectores, que los DD.HH. no son de derecha ni de izquierda, que en ese sentido tampoco hay contexto, siempre hay que defenderlo.
– ¿No hay contexto?
– No, por supuesto que no. Los contextos por cierto para la historia son relevantes (…) Pero las violaciones a los DD.HH. son siempre inaceptables en todo sentido.
Este 11 de septiembre también es una oportunidad, porque nos permite mirar hacia atrás y reflexionar sobre eso, seguir recordando y promoviendo una cultura universal de protección de los derechos humanos. Pero, también como país, debemos mirar hacia adelante en todo lo que son las vulneraciones de DD.HH. que hoy siguen estando presente en nuestra sociedad, por ejemplo, en el caso de los migrantes, de las mujeres, de los niños, las personas que están en las cárceles, centros del Sename, personas con discapacidad… hay una agenda de derechos humanos 2.0 que tenemos que sumir con mucha fuerza.
Fuente: CNN Chile
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