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Un Gobierno cercano a los ciudadanos es mucho más que el mero establecimiento de una política de puertas abiertas. Abrir una puerta podría ser un acto mecánico, si tras esa acción no existe voluntad de ofrecer una respuesta, sin dejar que fluya diálogo alguno. Tal diseño, más propio del marketing publicitario, podría devenir en una paradoja: ser una cercanía vana e improductiva, y por tanto, sin mayor sentido.
Por ello, desde el primer día nuestro Gobierno se ha empeñado en generar una verdadera cercanía con todos los habitantes de nuestro país, sin distinción de condición alguna. En nuestro país nadie sobra. Chile lo hacemos todos. Cada una de las autoridades designadas en cargos de responsabilidad política hemos recibido la instrucción presidencial de poblar nuestra gestión administrativa de la mayor densidad social posible y de hablar con las personas, sin miedos ni sospechas.
Para logarlo, estamos recorriendo el territorio nacional, llegando desde las capitales regionales a cada rincón habitado para tomar contacto con las personas, de modo de conocer in situ sus inquietudes, sus anhelos y frustraciones, haciéndonos cargo de esas necesidades, buscando soluciones oportunas y viables que nos permitan forjar una sociedad con mayor equidad y respeto.
En estos casi tres meses de gestión nos hemos desplegado de norte a sur, de cordillera a mar por nuestra Región de Aysén; hemos llevado el gabinete regional en pleno, donde cada Seremi ha trabajado con los vecinos y organizaciones, cara a cara, sin más que el objetivo ulterior de lograr el bienestar de nuestros habitantes, desde Cisnes por el norte, hasta Candelario Mancilla, en el extremo sur de Villa O’Higgins; desde Caleta Tortel a Cochrane; desde Puerto Aysén a Islas Huichas; desde Balmaceda a Villa Mañihuales; desde Cerro Galera a Villa Amengual, restándonos por ahora el Archipiélago de Las Guaitecas y la comuna limítrofe de Lago Verde y Chile Chico, así como otras ciudades y pequeñas localidades, a las que llegaremos antes de concluir nuestro primer semestre como autoridad regional.
Llevar el gobierno a la gente es nuestra misión, la que asumimos como deber y compromiso reales. Cada vez que hemos salido de la capital regional, nos hemos encontrado con una cálida acogida de los vecinos, demostrando un evidente sentido de pertenencia entre gobernados y gobernantes. No queremos ser autoridades enclaustradas en la comodidad calefaccionada de sillones y oficinas; queremos y debemos terminar cada jornada de trabajo agotados, pero felices de estar haciendo la pega de manera honesta y directa, como nos ha mandatado nuestro Presidente Sebastián Piñera.
Debido a la compleja conectividad a la que nos somete la loca geografía de nuestra Patagonia, tal vez nos demoremos un día más en llegar a un lugar, pero de seguro lo haremos, y lo haremos con la convicción de que las cosas siempre pueden resolverse, por más difíciles que sean. Los seres humanos no estamos obligados a lo imposible, pero sí lo estamos a trabajar hasta rendir nuestro último esfuerzo. Como funcionarios públicos hemos elegido servir.
Fuente: El Divisadero
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