En Evópoli creemos en Chile y en su futuro. En la esperanza de volver a encontrarnos y dejar atrás lo que nos divide, aislando la violencia con diálogo, acuerdos y democracia.
Después de la rechazada propuesta de la Convención Constitucional, en Evópoli honramos nuestra promesa de campaña: Rechazamos por una mejor, una nueva pero buena Constitución. Es así como nuestro partido participó activamente en la construcción del «Acuerdo por Chile», que dio paso a la reforma Constitucional que habilitó un nuevo proceso Constitucional.
Pero seamos claros: una nueva constitución no es la solución a todas las demandas sociales, es la oportunidad de no dejar a nadie fuera. Es la base de nuestra unidad.
Trabajemos juntos, con seriedad y responsabilidad, por una Constitución que no sea de izquierda ni derecha, sino que un gran marco común que permita fortalecer la democracia, permitir el desarrollo de nuestro país y su gente, y que asegure una cancha pareja, con derechos y servicios de calidad. Donde el Estado sea garante, no controlador.
Esta generación no es superior a las siguientes y, por lo mismo, no podemos suponer que las decisiones que nos parecen correctas al día de hoy vayan a ser la mejores para afrontar los desafíos de mañana. De este modo, se vuelve ideal aquella Constitución que, estableciendo las reglas mínimas del juego, permite que cada generación pueda adaptarse a su propio tiempo y condición.
La Constitución, de por sí, es mucho más rígida que las otras normas, pues contempla mecanismos que protegen a las minorías del abuso por parte de las mayorías momentáneas y resguarda sus derechos (por ejemplo, los quórums de 2/3 o el mismo Tribunal Constitucional).
Columna de Hernán Larraín M. publicada en El Mostrador , agosto de 2014
¿A qué le llamamos una buena nueva Constitución?
Documento Agenda Evópoli – 13 de febrero 2023
Documento del centro de estudios Horizontal – febrero 2023