La Niñez Primero…

El 12 de diciembre de 2012 nació Evópoli, inspirado por un sueño: poner a los niños y niñas como primera prioridad nacional. Nuestro diagnóstico era simple, pero exigente: mientras siguiéramos viviendo en un país donde la cuna determina el destino de las personas, la inequidad seguiría perpetuándose en el tiempo y las políticas públicas estarían condenadas -más allá de la eficacia de sus consignas de base- a mitigar una injusticia adscrita.

Al partir con esta cruzada no fueron pocos los que nos preguntaban si nos habíamos pegado en la cabeza. Y tenían razones para ello. Mal que mal, en esos años toda la atención y los recursos estaban puestos en la gratuidad de la educación superior.

Olvidamos que nuestros niños sufrían sistemáticamente la vulneración de sus derechos humanos en los centros del Sename: 1.313 de ellos perdieron sus vidas esperando un tratamiento integral. Otros terminaron prostituyéndose, traficando y delinquiendo mientras esperaban una rehabilitación oportuna. Otros optaron por escapar y actualmente viven en la calle.

En estos seis años de vida, desde Evópoli hemos denunciado cada uno de estos hechos y trabajamos sistemáticamente para que los niños sean la prioridad en Chile. Lo hicimos desde Horizontal, nuestro centro de estudios, con diversos trabajos académicos que centraban la agenda en la formación inicial.

Desde la calle, junto a nuestros voluntarios y abogados apoyando casos de vulneración de derechos de los niños. Desde la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), dependiente de la OEA, enviando una solicitud de medidas cautelares sobre el Sename. Desde las primarias presidenciales, donde planteamos la urgencia de poner a los niños primero en la fila a través de una reforma estructural en infancia.

Hoy, seis años después, comenzamos a ver luz al final del túnel. La Comisión de Infancia propuso como elemento central el promover el derecho de los niños a vivir en familia. Este acuerdo nacional y la reforma estructural por la infancia que le sigue hacen justicia con una herida social que durante décadas Chile tuvo abierta, y demuestra una clara hoja de ruta para avanzar hacia un desarrollo integral.

Con todo, a pesar de la contundencia de esta agenda por la infancia, el trabajo no termina con esta reforma. El siguiente desafío, complementario a este acuerdo nacional para respetar los derechos humanos en la infancia, es la educación inicial.

Pocos días atrás, un grupo transversal de políticos adherimos al «Plan Inicial», que busca alcanzar una nueva cumbre: lograr una educación preescolar y básica de excelencia en todos los barrios de Chile.

La herencia fiscal del gobierno anterior impide abordar este desafío en forma radical el día de hoy; sin embargo, el próximo gobierno debe poner ese sueño como la siguiente urgencia social que debemos enfrentar como país. convertido en una de las instituciones públicas más cuestionadas, fracasando en el objetivo de proteger a los niños más vulnerables.