El dirigente analiza el manejo político y comunicacional del oficialismo frente al debate de rebaja de jornada laboral. ‘Las cosas se podrían haber hecho mejor’, señala, enfatizando que su partido defenderá el proyecto original del Ejecutivo y entregará propuestas para mejorarlo.
«Estoy obsesionado con el cambio climático», afirma Hernán Larraín Matte, mientras abre la página 161 del libro «En defensa
de la ilustración» del psicólogo experimental canadiense Steven Pinker.
El texto es uno de los dos que, junto con un notebook, una planta, un jarro con agua y un casco de bicicleta, atavían el estructurado escritorio de la oficina del presidente de Evópoli, ubicada en el segundo piso de la sede del partido, una recién remodelada casona de Providencia.
Larraín señala que el cambio climático es un tema que han abordado por estos días en su colectividad, ya que están preparando un documento al respecto para fin de año. En paralelo, sin embargo, ha transitado otra agenda, más compleja, relacionada con la discusión que desató la reducción de la jornada laboral. Se trata de una materia en la que, dice, hubo un déficit político en el oficialismo.
-El debate de reducción de jornada laboral ¿ha sido el golpe más duro de la oposición a La Moneda en estos 17 meses de gobierno?
-En Chile no tenemos una oposición, tenemos oposiciones, las cuales carecen de un proyecto político y lo que hacen es identificar causas para poder oponerse a lo que hace el Gobierno. En estricto rigor, aquí no hay un proyecto de la centroizquierda para poder tener una modernización al código laboral, sino un proyecto de dos artículos que reduce la jornada laboral de 45 a 40 horas, que nace de dos diputadas comunistas y que muchos se suben al carro solo porque es popular.
Más que un golpe, generaron un contexto que concibió una reacción que no fue la mejor por parte del Gobierno y pudo ser mucho mejor manejada. Evópoli desde un principio salió con mucha fuerza a defender el proyecto original frente a la necesidad de debatir con evidencia, seriedad y rigurosidad, porque es una materia muy sensible.
-¿A qué atribuye que el Gobierno haya presentado una indicación que rebaja la jornada laboral a 41 horas sin consultarles a sus partidos?
-Efectivamente, Evópoli se informó por la prensa de la indicación que venía a modificar el proyecto original del Gobierno, porque habíamos acordado salir con mucha fuerza a promoverlo y defenderlo. Da la impresión de que por la fuerza de las encuestas y una muy lamentable foto con parlamentarias comunistas, el Gobierno se vio forzado a reaccionar y no lo hizo de la mejor manera.
-¿Por qué?
-Diría que hubo un problema técnico y que la solución que se buscó fue hecha, al menos, a la rápida. Lo segundo fue una cuestión política, la forma en que se manejó, la forma en que se presentó, la forma en que internamente el Gobierno llevó adelante esta materia, no fue la mejor.
-¿Es el ministro del Trabajo, Nicolás Monckeberg, el responsable?
-Creo que hay una responsabilidad colectiva del Gobierno que va desde lo técnico a lo político y eso involucra a ese ministerio y otros, incluyendo naturalmente a La Moneda.
-¿Se trató, a su juicio, de un intento del Ejecutivo por arrebatarle una bandera política a la izquierda?
-El Gobierno tenía puesta una bandera en esta materia con su proyecto de ley, y debimos haber defendido con mucha mayor convicción el proyecto de ley, que es integral; se ocupa de la productividad, de reducir gradual y responsablemente la jornada, que pone el foco en la flexibilidad y no en la rigidez. Faltó convicción en el proyecto del Gobierno y en la capacidad de defenderlo hasta el final.
-Ni la diputada Karol Cariola (PC) ni el Ministerio del Trabajo entregaron cifras sobre los efectos que implica en el empleo el reducir la jornada laboral a 40 horas. ¿Cree usted que ha existido información insuficiente en la elaboración y discusión de esta política pública?
-Este debate, independiente de quien ponga proyectos y propuestas sobre la mesa, tiene que ser hecho con estudios, datos y evidencia. Todo lo que ha ocurrido espero que se transforme en una oportunidad para que la discusión que vamos a tener en el Congreso sea hecha con rigurosidad y seriedad. Por eso valoro la posición de los diputados UDI que se sumaron a las voces que pedimos rigurosidad.
-¿Faltan estudios al respecto?
-El día lunes, en el comité político, el Gobierno dijo que tenía estudios y que se estaba avanzando en los informes. Como partidos les pedimos que los compartieran, los hiciéramos públicos y enriquecieran el debate porque no le podemos pedir exclusivamente al PC que tenga un respaldo respecto de su proyecto de reducción de jornada laboral; el Gobierno también debe poner estudios sobre la mesa para defender el propio.
-¿Es de los que piensan que plantear una reducción a la jornada laboral en momentos de bajo crecimiento económico tiene tintes populistas?
-No. En la medida en que se haga con flexibilidad, gradualidad y que los distintos instrumentos estén basados en evidencia, me parece que es absolutamente posible avanzar en reducir la jornada laboral. Muchos países así lo han hecho, pero con pausas, con seriedad y rigurosidad, no improvisando.
Hemos defendido el proyecto original y lo que estamos haciendo es estudiar a fondo la indicación ingresada, por eso Ignacio Briones, economista ligado al partido, se juntó y reunió todos los antecedentes con el ministro Monckeberg. Vamos a buscar mejorar este debate con propuestas y esperamos pronto poder entregárselas al Gobierno.
-¿El apoyo de Evópoli está condicionado a que sean consideradas sus propuestas?
– Evópoli no ha dicho que va a aprobar o rechazar la indicación del Gobierno, sino que la va a estudiar y va a hacer propuestas para mejorarla. Estoy seguro de que conociendo al Presidente Piñera van a estar abiertos a acoger las propuestas.
-¿Cómo evalúa el desempeño comunicacional del Gobierno en estas últimas dos semanas?
-A mí me tocó trabajar en el segundo piso, y recuerdo con claridad que siempre que se producía un problema, la forma más fácil de resolverlo era decir que era un problema comunicacional. Pero los problemas son primero y siempre, por naturaleza, políticos. Por supuesto que se puede comunicar mejor o técnicamente se puede hacer una propuesta de mejor calidad, pero creo que lo que pudimos haber hecho mejor está en el plano de lo político.
Insisto, el problema no fue comunicacional, sino político y técnico. Político, porque se pudo haber gestionado no reactivamente y sin improvisación la reforma laboral, y técnico porque la manera en que se reaccionó fue con una indicación que hasta ahora no tenemos todos los antecedentes para emitir un juicio sobre si es buena o mala idea, por lo tanto la vamos a estudiar y vamos a proponer mejoras.
-En principio, desde RN hubo parlamentarios que se plegaron a la propuesta comunista, luego Evópoli pidió volver al proyecto original y no reducir la jornada laboral y después surgieron reparos desde la UDI. ¿Chile Vamos está desmarcándose de La Moneda en esta materia?
-Chile Vamos ha estado con el Gobierno apoyando su propuesta de modernización en materia laboral, había total unidad y coherencia respecto a ese proyecto. Cuando informó de la indicación, se produjo un desorden, eso es evidente. Y lo que hemos hecho desde Evópoli es defender el proyecto original, estudiar la indicación, evaluarla y hacer propuestas para mejorarla siempre en un clima de unidad.
-¿Ha habido exceso de fuego amigo?
-No me parece. Para ser justos, las críticas han sido más bien trascendidos. Pero cuando algunos se sacan fotos con el PC, lo único que hacen es hacerle perder el rumbo a Chile Vamos; yo espero que eso no vuelva a repetirse y que tengamos buena memoria para recordar que estas cosas son dañinas para la coalición. Ahora estamos enfocados en el proyecto del Gobierno que está en el Senado y esperamos que todos los diputados de Chile Vamos en la Cámara rechacen el proyecto del PC.
-La relación con los partidos fue por momentos tensa en el primer gobierno del Presidente Piñera. ¿Cuán complejo es repetir ese escenario?
-No lo creo, porque hay una gran diferencia. En el primer gobierno de Sebastián Piñera no había una coalición de gobierno. Hoy Chile Vamos es un proyecto a largo plazo, es la única coalición que puede dar gobernabilidad; por lo tanto, hoy tenemos una doble responsabilidad. Pero si gobernamos sin convicciones, no habrá continuidad.
-En el oficialismo ha reflotado cierta inquietud respecto a que se estaría gobernando conforme a las encuestas. ¿Cuál es su posición al respecto?
-Chile Vamos está gobernando con sus convicciones en materia de crecimiento, de seguridad ciudadana, de infancia, lo hace en Aula Segura, en Admisión Justa, ordenando la casa en migraciones y podría seguir con la lista. Todos los gobiernos miran las encuestas y deben ser naturalmente un insumo para tomar decisiones, pero no es una hoja de ruta ni una brújula.
-¿Cuáles son los aprendizajes que debe sacar el Gobierno de esta semana?
-Hay que tener mayor confianza en las convicciones propias, en el programa de gobierno y en las reformas que estamos llevando adelante. Tenemos una agenda súper potente, tenemos que sacar en los próximos cuatro meses una gran cantidad de reformas que están en el Congreso y, por lo tanto, persistencia es la palabra clave. También, como coalición -partidos y Gobierno-, debimos haber anticipado esto, tenemos que asumir que hubo un déficit político.
-¿Cómo evalúa la gestión del comité político?
-El comité político está haciendo su pega; los segundos años son más difíciles, la agenda es exigente, estamos avanzando, pero siempre puede mejorarse la coordinación con la coalición.
-¿Y la del segundo piso?
-Yo la veo bien, en su rol, sin mayores novedades.
Como coalición -partidos y Gobierno- debimos haber anticipado esto, tenemos que asumir que hubo un déficit político’.
El proyecto de ley (del Ejecutivo) es integral, se ocupa de la productividad, de reducir gradual y responsablemente la jornada, pone el foco en la flexibilidad y no en la rigidez»
Es absolutamente posible avanzar en reducir la jornada laboral. Muchos países así lo han hecho, pero con pausas, seriedad, rigurosidad y evidencia, no improvisando’.
‘El problema no fue comunicacional, sino político y técnico’
-ESCENARIO DE CANDIDATURAS PRESIDENCIALES:
«José Antonio Kast ha pasado a ser una voz más de la oposición a nuestro gobierno»
-¿En qué ha faltado a sus convicciones el Gobierno?
-Tengo la seguridad, de que Chile Vamos, la coalición, el Gobierno y nuestro programa, son una hoja de ruta fundada y construida en nuestras convicciones y tenemos todas las condiciones de proyectarla, pero para eso debemos gobernar con nuestras convicciones, eso es lo que va a garantizar la continuidad.
-Esa frase la ha dicho José Antonio Kast en más de una oportunidad, junto con afirmar que al Ejecutivo le hace falta carácter. ¿Están acercando posiciones?
-José Antonio Kast se destaca por sus críticas, más que por sus convicciones. Y en la práctica ha pasado a ser una voz más de la oposición a nuestro gobierno.
-¿Hay espacio para dos Kast en Chile Vamos?
-Hoy Chile Vamos es un proyecto de cuatro partidos y abierto a todos aquellos que quieran participar de nuestra declaración de principios, nuestro programa de gobierno, y de la voluntad de tener una coalición que dé gobernabilidad para todos los chilenos, de manera reformista, social, buscando acuerdos, con moderación y no una política desde los extremos, que polariza, que busca gobernar solo para un grupo y no para todos.
-José Antonio Kast ya decidió ir a primera vuelta, ¿es decisión tomada que Felipe Kast va a ir a una primaria o cómo lo va a decidir el partido?
-Evópoli decidió que va a competir en todos los espacios, incluida la elección presidencial. Vamos a tener un candidato en la primaria y ese nombre lo vamos a decidir en su momento, no hay que adelantar las presidenciales. Es evidente que Felipe Kast aparece de forma espontánea en las encuestas como un líder muy competitivo, pero van a ser las instituciones del partido las que definan en su momento el candidato.
-¿Por qué cree que Felipe Kast está tan abajo de Joaquín Lavín en las encuestas? Los separan más de 20 puntos porcentuales, de acuerdo a la última CEP.
-Analizar la presidencial me parece adelantado. Las personas cuando responden esas preguntas, no están pensando en el próximo Presidente, sino en líderes que conocen y evalúan en forma positiva. Joaquín Lavín está haciendo una destacada labor desde su municipio, Felipe lo propio desde el Senado. Ya va a llegar el momento de hablar de candidatos presidenciales.
-¿Usted ya decidió su futuro electoral?¿Le gustaría ser candidato a gobernador por Santiago o diputado?
-Hoy estoy dedicado 100% a ser presidente de Evópoli y es mi único norte. Pero mi futuro está abierto y estoy disponible para los desafíos del partido, así que esas definiciones ya llegarán en su momento.